Uno de los elementos claves dentro del modelo agrícola alternativo que actualmente se esta implementando en Cuba es el desarrollo y aplicación de técnicas de manejo de plagas y malezas, que tienen como fundamento la reducción o eliminación del uso de los plaguicidas sintéticos.
En los cultivos de caña de azúcar, cafeto,
pastos, boniato y yuca no se aplican insecticidas sintéticos, en el cultivo de
la col las aplicaciones son de baja a nulas y en los cultivos de cítricos,
tabaco, plátano y banano son bajos.
En el establecimiento del nuevo modelo agrícola
en que Cuba está empeñada, una de las tareas más urgentes es encontrar las vías
para continuar reduciendo el uso de plaguicidas sintéticos para el manejo de
plagas en general; el control biológico es una de estas vías, de hecho
constituye actualmente la alternativa principal al decir de los entendidos en
la materia. El uso de organismos biorreguladores en el país data de principios
de siglo, pero no es hasta los años 60 que se establecen programas más
completos para el estudio y aplicación de estos, alcanzando su mayor desarrollo
en la década de los 80.
En las últimas décadas, el desarrollo de la protección
de plantas en Cuba ha pasado por cuatro etapas o fases decisivas, con una
tendencia agro ecológica:
§ La diversificación de la tenencia y uso de la tierra o
diversificación de la agricultura en los primeros años de la década de los
sesenta.
§ La creación del servicio estatal de protección de plantas a
mediados de los setenta.
§ La implementación del programa nacional de lucha biológica al
final de los ochenta.
§ El impulso de los programas de manejo integrado de plagas con
un enfoque de manejo del cultivo en los años noventa.
Esta tendencia agro ecológica se ha favorecido
con las decisiones más recientes en torno a la tenencia de la tierra, que ha
conllevado a una menor escala productiva y amplio uso cooperativo, lo que ha
convertido a los campos del país en verdaderos mosaicos de cultivos.
Esta nueva forma de organización cambió
nuevamente la estructura de explotación de la tierra por formas de propiedad
donde las no estatales eran mayoría, y hoy explotan las dos terceras partes de
la superficie agrícola del país. Por tanto, es fácil comprender la importancia
que para el sector agropecuario cubano tiene la forma cooperativa de producción
y la atención priorizada que el Estado le ha dado a estas organizaciones, por
el peso que tienen fundamentalmente en la producción de tabaco, café, leche y
hortalizas.
Las políticas agrarias que se van diseñando están
encaminadas a potenciar estas formas, para ir recuperando paulatinamente la
producción agropecuaria, sobre bases eficientes y competitivas, teniendo en
cuenta las transformaciones tecnológicas que suceden en el mundo y la
protección del medio ambiente.
En este sentido, y en base a limitados recursos,
se procura la adopción de cambios en las prácticas convencionales de los
pequeños productores a fin de fortalecer el rendimiento de la tierra y la
protección del medio ambiente.
Para lograrlo, la Cooperativa impulsa actividades
de capacitación, acompañamiento y asistencia técnica que permita una fuerte
reflexión sobre nuestro entorno e ir adquiriendo una mentalidad medio
ambientalista, se trabaja actualmente en el Movimiento de la Agricultura Urbana
y la Agricultura Orgánica Sostenible.
Hoy se aplican soluciones tecnológicas de punta
para las distintas producciones en forma de paquetes integrales, se reordenan
las siembras, se usan semillas de alta calidad, se ha fortalecido el sistema de
innovación y desarrollo agropecuario apoyado en un fuerte sistema extensionista
que lidera la red de institutos y centros de investigación creados por la
Revolución. Estos son pasos que se han dado, apremiados por las circunstancias
y que deberán dar frutos en los años venideros.
Como consecuencia de las entregas de la tierra
aparecen nuevos productores, por lo que se debe fortalecer e incrementar el
movimiento cooperativo de base obrera. En este marco de relaciones el mercado
puede ocupar un lugar importante, y se tiende a producir una redefinición
gradual del peso del Estado en la gestión agropecuaria, pasando de productor
directo a fiscalizador de las producciones, y manteniendo una participación
indirecta a través de la definición de las líneas estratégicas como son: la
definición de las políticas financieras, presupuestaria, inversionistas,
infraestructura, y mediante la aplicación de los mecanismos financieros para
lograr el crecimiento de las producciones.
Existen algunas condiciones favorables en la
pequeña agricultura para la implantación de la agricultura ecológica. Que se
listan a continuación:
§ Los agricultores pequeños dependen de su cosecha para su
propio sustento y lo limitado de su extensión de tierra los obliga a
aprovecharla óptimamente.
§ Los pequeños agricultores producen más por área que los más
grandes, mayormente aportan el abastecimiento local con los alimentos básicos,
pero también contribuyen a la exportación, mientras la agricultura comercial en
gran escala tiende a orientarse al mercado externo y de alta capacidad
adquisitiva.
§ Las tecnologías que dependen del uso de insumo y bienes de
capital e y bienes de capital externos, que implican altos costos y muchas
veces endeudamiento, no son aceptados en la actualidad, más bien son hoy
cuestionadas y rechazadas donde antes fueron masivamente difundidos.
§ La existencia de algunas prácticas tradicionales afines, pero
en especial el conocimiento de un manejo diversificado, así como una mayor
cercanía a los procesos biológicos.
§ Necesidad y costumbre de cooperaciones mutuas, trabajo
comunitario y mayor disposición a intercambio de conocimientos y tecnologías
aprendidas, por ello, existe la posibilidad de una mayor difusión y socialización
de la agricultura ecológica.
En la agricultura como en ningún otro sector de
la economía, se dan las condiciones propicias para encauzar una estrategia de
desarrollo más ligada al medio ambiente y, por tanto, más sustentable en el
tiempo, debido a sus peculiaridades.
Por lo anterior no se trata solo de cambiar
tecnologías, sino de cambiar conciencias. Es por ello que la Educación
Ambiental en el sector agrícola es de inestimable valor.
Indiscutiblemente, Cuba marcha hacia la transformación de su
modelo agrícola, las medidas tomadas por el Ministerio de la Agricultura así lo
demuestran. Se ha iniciado un proceso de asimilación de resultados
científico-técnicos para sistemas de bajos insumos obtenidos por los centros de
investigaciones y de prácticas campesinas exitosas olvidadas, que pueden formar
parte de sistemas orgánicos de producción. Sin embargo, aún se utilizan
fundamentalmente con fines productivos y no con un enfoque orgánico.
Cuba cuenta con condiciones favorables para
demostrar las posibilidades de la agricultura orgánica en el desarrollo de
sistemas agrícolas sostenibles. Entre otros pueden citarse:
§ Suficiente personal calificado
§ Experiencia en el trabajo comunitario
§ Los medios de difusión que propician campañas masivas
favorables
§ Resultados experimentales que se pueden adaptar al nuevo
modelo.
No obstante, aún muchos trabajadores del sector
ven esas transformaciones como una táctica coyuntural y no permanente. Por
tanto, es preocupación de personas identificadas con la lucha a favor del medio
ambiente, si dicha transformación continuará su marcha cuando las condiciones
económicas cambien.
Aquí los autores les gustaría recalcar,
nuevamente, la importancia del tema que se está tratando, ya que los cambios
productivos pueden ocurrir más rápidamente que los de conciencia y destruir los
esfuerzos que se realizan para desarrollar una agricultura más acorde con
nuestras condiciones socioeconómicas y del ambiente. Es decir, en la medida que
se incremente la labor educacional se puede lograr la conversión de la
agricultura hacia un modelo agro ecológico.
El Grupo de Agricultura Orgánica de la ACTAF
(Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales), está realizando
esfuerzos por lograr la certificación de los productos orgánicos en el país,
como otra vía no formal de educación ambiental en el agro. Además de apoyar
otros aspectos que consideran deben continuar desarrollándose:
1.
Perfeccionamiento de la
educación ambiental por la vía formal en los diferentes niveles de educación
agrícola.
2.
En la enseñanza primaria,
desarrollar sentimientos de agradecimiento por quienes producen los alimentos.
3.
Rescate de la cultura
campesina.
4.
Participación de la prensa
plana, radial y televisiva en temas relacionadas con el desarrollo de una
agricultura sana, productiva, independiente y en armonía con la naturaleza
haciendo énfasis en:
§
§ Daños que ocasionan los agro tóxicos
§ Importancia del trabajo agrícola
§ Resultados productivos nacionales e internacionales sin la
utilización de altos insumos
§ Unir esfuerzos de organizaciones interesadas en el tema
§ Motivación a niños y jóvenes en la satisfacción del trabajo
agrícola, logrando su creatividad e Independencia en el trabajo.
§ Desarrollo de la certificación orgánica, buscando incentivos
que no sean solamente, el precio de los productos
§ Desarrollo del turismo rural, apoyándose en las fincas y
proyectos agros ecológicos.
El desarrollo alcanzado hasta el presente por la
Agricultura Urbana en Cuba ha demostrado que la misma tiene sus propias
características que la diferencian sustancialmente de la agricultura
convencional de grandes extensiones, una de ellas está dada por la diversidad y
cantidad de actores sociales que participan en su desarrollo.
Estos modestos logros no hubieran sido posibles
si paralelamente no se desarrolla una intensa actividad de capacitación de todo
el personal involucrado a este movimiento popular de producción de alimentos
urbano del país, y su estrecha vinculación con los centros de investigación.
Esto solo se puede lograr si se perfecciona cada
día más la labor de capacitación, haciéndola más ágil, directa y efectiva con
vistas a que los agricultores posean los suficientes conocimientos para
enfrentar sus propias interrogantes.
No es casual que la ANAP haya percibido que la
Agricultura Ecológica constituye unos de los paradigmas actuales que va ganando
espacio, abriendo un nuevo camino para enfrentar el problema agroalimentario y
ambiental contemporáneo. Como protagonista de la transformación agraria, ha
demostrado permanentemente su disposición para favorecer y apoyar aquellas
formas de producción y de vida que beneficien a la población campesina.
Esta organización se convierte en un puntal para
enfrentar y contribuir al resto de la seguridad Alimentaria del pueblo de Cuba.
En la actualidad con el apoyo del programa de "Campesino a
Campesino", las provincias centrales impulsan una transformación
agroalimentaria. Reluce Villa Clara que
de los inicios a dado muestras de su capacidad renovadora con la aplicación de
numerosas experiencias innovativas que permiten accionar una real solución de
problema.
Este proyecto nombrado de "Campesino a
Campesino" tiene entre sus objetivos:
§ Rescatar las prácticas campesinas.
§ Intercambiar ejemplos de agricultura sostenible.
§ Promover, mediante metodologías participativas, los procesos
horizontales de validación, discusión y adaptación de tecnologías que se
consideren apropiadas para introducir en la agricultura campesina.
§ Obtener elementos básicos para la elaboración de una
propuesta de divulgación, extensión y transferencia de tecnologías apropiadas
dentro de los sistemas de producción.
El trabajo de extensión agrícola suele consistir
en la difusión de "paquetes tecnológicos, es decir, los centros de
investigación, estaciones experimentales y las universidades, se fijan una meta
productiva, tratando de resolver los problemas determinados por los técnicos de
campo y arman una propuesta pretendidamente completa. Luego corresponde a los
extensionistas llevar las "propuestas-paquetes" a los campesinos.
Así progresivamente, se corre el riesgo de que la
tecnología adecuada deje de ser endógena, es decir generada desde dentro,
controlada y controlable por los productores, por ser, exclusivamente,
producida por los centros especializados en tecnologías y luego difundida por
los extensionistas
Dejar a un lado el modelo tradicional del
especialista que transfiere "paquetes tecnológicos" a un productor
que lo recibe pasivamente, y comenzar a poner en práctica un enfoque centrado
en la participación interactiva de los campesinos que se puede resumir en los
siguientes pasos:
§ El técnico parte de los conocimientos o sabiduría de los que
quieren comenzar a experimentar y lo hace en reuniones comunitarias periódicas.
§ Se enriquecen esos conocimientos, discutiendo y debatiendo
los fundamentos racionales entre los actores.
§ Se pasa, permanentemente, de la práctica a la teoría y de
ésta a una práctica enriquecida y mejorada (aprender-haciendo).
§ En el proceso se elaboran materiales escritos y gráficos, con
el fin de sistematizar los conocimientos adquiridos y la práctica desarrollada.
El resultado es un grupo de productores que se
sienten responsables y partícipes de un proceso educativo en el que tienen voz
y voto, y en el que además la figura del extensionista deja de ser la de
"aquel que todo lo sabe" para ser el dinamizador de conocimientos que
todos van construyendo diariamente, deforma colectiva.
Pues bien, como se ha podido observar, Martí le
atribuía al problema agrario de los pueblos de América Latina, gran
importancia. Entendía que el desarrollo latinoamericano debía basarse en la
agricultura, sin desdeñar el desarrollo de la industria. Abogaba por una
agricultura realizada con procedimientos científicos y métodos modernos, por
campesinos preparados convenientemente, de forma que amen y respeten su
trabajo. Sin embargo, valoró de positivo el saber campesino e indígena.
Para eso es necesario de acuerdo a su criterio:
§ Comenzar en pequeño, paso a paso, buscando un éxito rápido
para convencer y motivar a otros productores, incorporando cada vez un número
limitado de innovaciones.
§ Usar tecnologías dosificadas para cambiar sólo unas pocas
prácticas, preferentemente, una o dos en el sistema agrícola vigente.
§ Experimentar en parcelas pequeñas en las fincas de los
agricultores promotores.
§ Que los métodos empleados sean participativos, elevando la
auto confianza que tenga un efecto multiplicador mediante la extensión
horizontal de los conocimientos entre los productores.
La comunicación horizontal entre los productores
se propicia mediante la realización de eventos educativos, mini tálleres,
encuentros de conocimientos, intercambios de experiencias, días de campo,
demostraciones de métodos y de resultados en las fincas de los propios
agricultores
Este es un aspecto importante de la capacitación.
Al conocer pequeñas experiencias y extenderlas, a través de los propios
agricultores, estos quedan convencidos de ponerlas en práctica en sus propias
parcelas.
La promoción de la agricultura ecológica o
sostenible, comienza y tiene como base principal, la experimentación en pequeña
escala que el agricultor realiza en su finca. El éxito en la finca es lo que
motiva al resto de los agricultores interesados en buscar solución a sus
problemas productivos. Sin éxitos y avances en las fincas de producción no
podrá haber promoción.
Aunque resulta prematuro por los pocos años de
haberse iniciado esta propuesta, ya se comienzan a apreciar algunos resultados.
En primer lugar se está generalizando una experiencia positiva para el
desarrollo agrícola, tanto en áreas rurales como urbanas, se está demostrando
en la práctica que el método de extensión "De campesino a campesino es más
eficaz y económico que la de los extensionistas profesionales; que se puede
lograr un protagonismo de los productores en su propio desarrollo; se ha
incrementado la autoestima, la ayuda mutua, la solidaridad y la cooperación
entre los productores; se está gestando un movimiento de agricultores
experimentadores que validan y adaptan las tecnologías y, una vez obtenidos los
resultados, se deciden a difundir al resto de los agricultores y lo hacen ellos
mismos.
No hay nadie más entusiasta que un agricultor que
ha logrado aumentar su producción con el uso de una innovación tecnológica.
Nadie estará tan capacitado como él para estimular al vecino a seguir su
ejemplo.
No caben dudas que la agricultura sostenible, ha
de lograrse comenzando por una agricultura orgánica y esto auspiciado por un
movimiento cooperativo agrícola fuerte. Sería esa una vía loable de lograr
sostenibilidad en un país cualquiera. Es por ello que Cuba ya se está alistando
en este sentido.