“La Basura en la Ciudad de
México”
Un Problema Metropolitano
Antecedentes
La basura en la Ciudad de México es un problema
porque su producción va en aumento debido a los hábitos de consumo de los
capitalinos además de no tener un manejo apropiado ni un control de sus
impactos, el manejo de la basura demanda montos considerables del presupuesto
de la Ciudad de México y la disposición final es la única forma de deshacerse
de la basura.
Hasta
hace poco tiempo no había tratamientos de los residuos y los existentes son
escasos, los programas de separación aunque obligatorios siguen sin ser una
práctica común en la mayoría de las personas, por lo que la mayor parte de la
basura termina enterrada en condiciones deplorables y ocasionando altos niveles
de contaminación en el sitio.
En la
ciudad la responsabilidad del manejo de los residuos sólidos la tienen las
Delegaciones de la Ciudad y por lo general, no cuentan con el personal
capacitado, ni los recursos económicos para brindar un servicio de recolección
eficiente y un tratamiento que no ocasione contaminación ambiental, es así que
el gobierno de la Ciudad se ve rebasado por las montañas de toneladas de basura
que generan las actividades de producción, comercio y consumo.
La
generación de residuos tiene relación directa con los patrones de consumo de la
población, estos han cambiado en las últimas décadas hacia el uso de más
material para empaques, vida útil más corta de los productos y mercancías,
reducción de los tipos de envases y botellas retornables, así como un aumento
en empaques y materiales que se definen comercialmente como “desechables”.
La
percepción de la mayoría de los capitalinos es que el problema de la basura
termina "poniendo la basura en su lugar", en realidad ahí es donde
comienza, ya que cada habitante de esta ciudad produce en promedio 1 kilogramo
de basura diaria, que generan en total casi 20,000 toneladas diarias. Del total
de ésta, un 30% se queda en barrancas y terrenos baldíos y el resto se
recolecta por el sistema de limpia y va a dar a los grandes tiraderos
controlados que existen en la ciudad la distribución porcentual de los desechos
es:
A. 43% lo generan las casas
habitación
B. 23.5% de los comercios
C. 10.4% de los mercados públicos
D. 10.6%de los parques y jardines
E. 1% de los hospitales
F. 11.2% de otras actividades
(Fuente
Secretaría del Medio Ambiente del GDF, /ciudad/residuos/residuos01.html)
Cabe destacar
que a lo largo del tiempo existen cambios en el tipo de basura, tan sólo hace
algunos años ésta era casi en su totalidad orgánica, y ahora, se encuentra
constituida por materiales de difícil degradación, que son menos costosos para
la industria.
En
general una vez depositada la basura en los camiones o carros en cargados de
recogerla, ésta irá a parar en tiraderos a cielo abierto, rellenos sanitarios,
enterramientos controlados y en ocasiones, la quema. No obstante antes de
llegar a su destino, diversas personas trabajan arduamente separando los
desechos reciclables, aun así el problema de la basura existe.
En el
contexto nacional para 1950 cada habitante tiraba unos 300 gramos de residuos y
el país tenía 25.8 millones de habitantes, en la primera década del siglo XXI,
se ha triplicado los montos de generación de residuos y tira unos 900 gramos.
El último censo nacional apunta que la población supera los 103 millones de
mexicanos. Lo anterior significa que si en los cincuenta se generaban 7 mil 740
toneladas de residuos, para el 2013 son unas 93 mil toneladas cada día, por lo
que el problema crece de manera exorbitante.
Durante
la década de los noventa, los residuos que generaba el Distrito Federal
representaban el 14 por ciento del total nacional, con un promedio diario de
12.5 mil toneladas y cerca de 4 mil 581 millones de toneladas anuales. Para
2012, la zona metropolitana de la Ciudad de México generó más de 20 mil
toneladas diarias. GDF, SMA (2010), del total de ésta, un 30% se queda en
barrancas y terrenos baldíos y el resto se recolecta por el sistema de limpia y
va a dar a los centros de reciclaje o a los grandes tiraderos controlados que
existen en la ciudad.
La problemática
La basura es fuente de infección local, atracción de
fauna nociva y contaminación del paisaje. Pero es el segundo caso donde
encontramos el impacto ambiental más severo, ya que además de los problemas
mencionados, los grandes volúmenes de basura acumulados se fermentan, generando
"lixiviados", o escurrimientos, que al llegar por gravedad al manto
freático contaminan el agua. El suelo sufre un proceso de contaminación
similar. Por otro lado, esta fermentación produce gas metano importante gas de
efecto invernadero, que contamina la atmósfera o bien la quema de basura
produce altos índices de bióxido de carbono altamente contaminaste.
Independientemente de la problemática de salud y
medio ambiente tenemos otros que en un futuro pueden ser de mayor impacto y que
a continuación exponemos.
Dentro de la ciudad de México, no existe un lugar de
confinamiento de la basura como lo fue Santa Cruz Meyehualco, Santa Fe, San
Lorenzo Tezonco que le dieron servicio a la ciudad hasta hace dos o tres
décadas, lo mismo sucedió con el tiradero del Bordo Poniente que luego de más
de dos décadas de recibir la basura de los capitalinos, el Gobierno del
Distrito Federal anunció el 19 de diciembre de 2011 el cierre del tiradero, esto
implico para las autoridades capitalinas no tener un sitio donde depositar las
más de tres mil toneladas diarias de basura que causaron problemas con las
autoridades municipales y sus habitantes.
Actualmente, los desechos de la Ciudad de México y
el área metropolitana se depositan en los tiraderos La Cañada y el Milagro en
Ixtapaluca, Bicentenario de Cuatitlán Izcalli, Tepozotlán y Xonacatlán; cuyo
costo al erario asciende a 330 millones de pesos anuales, es decir, poco más de
900 mil pesos diarios, de acuerdo con a información pública del GDF.
El cierre de La Cañada es un problema del gobierno
de Ixtapaluca, el tema de la basura y su confinamiento debe tratarse como un
tema metropolitano, con una homologación de normatividad sobre la recepción,
entrega, manejo y pagos por los desechos de la ciudad, mismos que deben ser
revisados por las autoridades correspondientes de los dos estados.
Los actores y la legislación vigente
Lo anterior hace necesario llegar a acuerdos
políticos con altas miras entre los legisladores y autoridades locales del
Estado de México y del Distrito Federal, ya que sólo de esta manera se crearán
leyes que beneficien verdaderamente a los habitantes de la ciudad de México y
la zona metropolitana.
Este problema se hace más severo con la clausura de La Cañada lo que representa una alarma que indica la urgente necesidad de trabajar de manera conjunta para dar soluciones a los problemas que afectan a ambas entidades.
Este problema se hace más severo con la clausura de La Cañada lo que representa una alarma que indica la urgente necesidad de trabajar de manera conjunta para dar soluciones a los problemas que afectan a ambas entidades.
Esto hace
necesario que las autoridades responsables de detallen las políticas
ambientales en caso de que mantenga el cierre del tiradero en Ixtapaluca o
sucediera lo mismo en algún otro de los cinco que recibe los desechos de la
ciudad.
La Comisión de Asuntos Metropolitanos de la ALDF, el
titular de la Secretaría de Obras y Servicios como parte del ejercicio de
trasparencia deben explicar la situación actual de los convenios en esta
materia, así como la forma en que se está entregando la basura y realizando los
pagos correspondientes.
Otro de los aspectos a considerar como parte de la
problemática es la económica ya que la basura es un eslabón más que permite
hacer circular el ciclo de distribución de las mercancías:
Producción-Distribución-Consumo-Basura-Reciclaje-Producción
Sabemos
que la basura puede transformarse en mercancía si se le incorpora fuerza de
trabajo:
Basura +
fuerza de trabajo = mercancía.
Es
necesario considerar que en los procesos de recolección, selección, reciclaje y
disposición final, participan miles de personas, muchas veces en condiciones
infrahumanas de trabajo y la existencia y persistencia de un fenómeno de
caciquismo que suma el poder económico de los excedentes que deja la compra
venta de desechos y que ha llegado a transformarse en un poder político directo
legitimado desde el Estado.
La Ley
General para la Prevención y la Gestión Integral de Residuos, aprobada en el
2003, brinda un marco normativo que permite enfrentar el problema de los
residuos urbanos con una gestión pública más coherente con los principios
ambientales y con mayor eficiencia en el rubro administrativo. La ley ha
reorientado las políticas públicas en materia de manejo de residuos hacia la
gestión integral para el desarrollo sustentable a partir de un esquema de
responsabilidad compartida entre las autoridades y los ciudadanos.
En marzo
de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó una modificación a
la Ley de Residuos Sólidos en la que se prohíbe a los establecimientos
comerciales regalar bolsas plásticas para empacar sus mercancías, pese a ello
se sigue con la práctica del uso de bolsas de plástico en la mayoría de los
establecimientos comerciales.
A pesar
de que la bolsa de plástico está en todas partes, su aporte al cumulo de basura
que se genera es apenas de 4 por ciento. Las bolsas que regalan los
establecimientos mercantiles suman quizá 2%.
Suponiendo
que la prohibición de usarlas fuera exitosa, únicamente solucionaría una
pequeña parte del problema de la basura en la Ciudad de México: 280 toneladas
diarias. Entonces nos enfrentaríamos al manejo apropiado de las otras 13 mil
720 toneladas diarias de basura que produce el DF, si de prohibiciones se trata
otro problema lo representan los pañales desechables. En el DF se recogen cada
día más de 700 toneladas de pañales usados.
Parece
evidente que se ha abusado del uso de la bolsa de plástico y ahora la
encontramos en el supermercado, en la taquería, en el puesto de frutas y
verduras y muchas otras partes. Recibimos bolsa sobre bolsa. Es un hecho que no
queremos tantas y no sabemos que hacer con ellas, excepto tirarlas a la basura.
La
prohibición refleja una buena intención por parte de los legisladores que la
aprobaron, pero igualmente su ignorancia respecto a un problema sumamente
complejo que no se resuelve con la promulgación de una ley que prohíbe un
artículo específico.
El
desafío del Gobierno de la Ciudad en cuestión de manejo integral de residuos es
múltiple.
En primer
lugar hay que mencionar el impulso necesario a programas de amplia
participación social que incorporen a grupos vecinales en la transformación de
basura en residuos, en subproductos materiales para el reciclaje, por lo que
esta propuesta para el manejo sustentable de los servicios urbanos giran
alrededor de la participación ciudadana y la cogestión de los residuos.
En
segundo lugar viene el proceso de reciclaje propiamente que incluye, por una
parte, la consolidación de programas de separación y la eficiente comercialización
de los materiales separados para incorporarlos como materia prima en un proceso
de producción industrial, en los que se incluye a aquellos grupos de personas
que se encargan de la pepena.
Es
importante promover y consolidar nuevos mercados para la comercialización de
materiales separados provenientes de los programas de manejo de los residuos
sólidos.
En tercer
lugar está la minimización o reducción en la producción de basuras. Aunque las
estrategias disponibles para lograrlo actualmente son pocas, se requieren
cambios sustantivos en las formas de distribución y comercialización de
productos.
La
minimización tiene que ver con una serie de acciones y valores enfocadas a
generar cambios en los sistemas productivos y de los hábitos de consumo (por
ejemplo: evitar los empaques desechables) y modificaciones de fondo en los
actuales patrones de consumo. La reducción implica generar menos desechos de
empaques y materiales pues así las personas tirarían menos basura.
La Ley
General para la Prevención y la Gestión Integral de Residuos, aprobada en el
2003, brinda un marco normativo que permite enfrentar el problema de los
residuos urbanos con una gestión pública más coherente con los principios
ambientales y con mayor eficiencia en el rubro administrativo.
La ley ha
reorientado las políticas públicas en materia de manejo de residuos hacia la
gestión integral para el desarrollo sustentable a partir de un esquema de
responsabilidad compartida entre las autoridades y los ciudadanos.
El reto
es impulsar la gestión integral de los residuos sólidos municipales como parte
de una amplia agenda municipal para el desarrollo regional sustentable. Este
tipo de gestión es compleja y sólo se consolidará a partir del compromiso de
los ayuntamientos y de la amplia participación ciudadana.
En
resumen, la basura es un problema porque su producción va en aumento y no hay
un manejo apropiado ni un control de sus impactos. Por una parte, su manejo
demanda montos considerables del presupuesto de la ciudad y la disposición
final es la única forma de deshacerse de la basura.
La
responsabilidad del manejo de los residuos sólidos la tienen las Delegaciones
en primer instancia y éstas, por lo general, no cuentan con el personal
capacitado y suficiente, ni los recursos económicos para brindar un servicio de
recolección eficiente y un tratamiento que no ocasione contaminación ambiental,
por lo que se ven rebasados por las montañas de toneladas de basura que generan
las actividades de producción, comercio y consumo.
Como ya
mencionamos la generación de residuos tiene relación directa con los patrones
de consumo de la población. Tales patrones han cambiado en las últimas décadas
hacia el uso de más material para empaques, vida útil más corta de los
productos y mercancías, reducción de los tipos de envases y botellas
retornables, así como un aumento en empaques y materiales que se definen
comercialmente como “desechables”.
El manejo
de los residuos plantea una serie de retos para controlar la alta producción de
basura, para establecer sistemas eficientes de recolección y transferencia, así
como controlar los vectores de contaminación en los vertederos. Estos problemas
de manejo de residuos se relacionan directamente con la voluntad política para
resolverlos y con los recursos financieros necesarios para solventar el
servicio, esto en el nivel del Gobierno del DF y de las autoridades de los
gobiernos de los estados que rodena a la capital.